Las facultades de PPK
Por Juan Carlos Tafur.
Resulta incierto si se logrará conciliar esfuerzos entre el Ejecutivo y el Legislativo (los vientos parecen venir en contra por razones políticas absurdas), pero lo que sí se sabe es que si tal consenso no se produce, será imposible emprender muchas de las reformas que los tiempos presentes exigen.
Hay quienes creen que bastará convencer al fujimorismo de la necesidad de otorgar facultades legislativas para que, por arte de magia, tal camino virtuoso en las materias señaladas (anticorrupción, seguridad ciudadana, agua y saneamiento, y situación económica) se inicie o se resuelva de un solo tajo el eventual conflicto permanente de poderes previsible los siguientes cinco años.
Olvidan, quienes lo auguran, que ninguna facultad legislativa permite modificar leyes orgánicas, efectuar cambios constitucionales y ni siquiera aspectos presupuestales. Es decir, solo se podría efectuar cambios de menor rango en las áreas señaladas.
Basta conversar con cualquier tecnócrata involucrado en las cuatro áreas señaladas y se entenderá que en todas ellas (quizás en el tema del saneamiento en menor medida) se necesitan cambios profundos que implican leyes e inclusive modificaciones a la Carta Magna.
No hay un atajo para las grandes reformas estructurales pendientes. Ni la reforma electoral, ni los cambios en los sectores Salud, Educación y Justicia, lograrán ser efectivos si no se llega a un acuerdo que involucre al Parlamento nacional. Como se ha dicho, se puede gobernar sin el concurso legislativo, es verdad, pero no hacer reformas. A lo sumo, se administrará el statu quo.
Y, por cierto, si Pedro Pablo Kuczynski no tiene la capacidad política de limar asperezas con el fujimorismo y conducirlo a un camino común, mucho menos lo será de llevar a la práctica las reformas señaladas, las mismas que inevitablemente despertarán resistencias sociales y eventuales conflictos.
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