El mensaje inaugural del Presidente Pedro Pablo Kuczynski no ha provocado hostilidad, salvo la de los fujimoristas. PPK tocó sin duda fibras sensibles del sector que representan Keiko Fujimori, su vicepresidente José Chlimper y Joaquín Ramírez, el exsecretario general de su partido, Fuerza Popular. Más de una vez el Presidente prometió en su discurso una reforma judicial.
Eso forma parte de los compromisos que suscribió con las organizaciones sindicales durante la campaña. Debe de haber ardido a muchos, en especial a la mafia de asesinos y extorsionadores, su frase: “No quedarán criminales impunes. Los culpables serán entregados al sistema judicial reformado”. “Necesitamos”, expresó PPK, un presidente totalmente comprometido contra la corrupción”.
Algunas promesas del mandatario son trascendentes y novedosas: instalar agua potable para todos, eliminar la tuberculosis, luchar contra el sida y el cáncer, contra la violencia intrafamiliar, combatir la anemia y la mortalidad infantil. Mejoramiento de los salarios y de los hospitales en el sector salud fue otra propuesta auspiciosa.
El jefe del Estado prometió gobernar en lucha contra la discriminación, y contra los ataques y la exclusión que afecta a las minorías y contra la marginación de los pueblos andinos y amazónicos. Aquí vibró en su mensaje un compás sentimental:
“Mi compromiso con la salud pública que se presta en el área rural, en las áreas remotas, viene desde mi infancia. El recuerdo de mi padre —un médico de salud pública— ejerciendo la medicina en los lugares inhóspitos del país, devolviendo la dignidad a los enfermos marginados me ha acompañado toda mi vida. No puedo defraudar su legado y no lo defraudaré”.
Merecido homenaje a Maxime Kuczynski Godard, científico y médico social, que trabajó en sectores remotos de Ayacucho, Apurímac y Loreto. Tengo en mi mesa de trabajo su estudio La vida bifronte de los campesinos ayacuchanos (1947). Es una demostración de vasto saber, inquietud social, conocimiento del quechua y afecto por la población campesina.
PPK anuncia apoyo al arte, en especial la música, así como la educación para niños y jóvenes.
El Presidente no habló de relaciones internacionales y de la crisis –algunos la llaman desplome– que roe al capitalismo y aviva la codicia imperial. Después de todo, PPK no es un hombre de izquierda, ni dice serlo. Motivo adicional para vigilar el cumplimiento de sus promesas.
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