lunes, 7 de octubre de 2013

Cierre del gobierno

Tensión por la reforma sanitaria en EEUU
 El gobierno de EEUU ha cerrado temporalmente y por un período indefinido una parte de sus operaciones, ante la falta de acuerdo para financiar el gasto público del año fiscal que se inició hace pocos días. La manzana de la discordia es la reforma sanitaria impulsada por el Presidente Barack Obama, ya iniciada, y que permite al 15%  de los estadounidenses hasta ahora sin seguro médico, contar con uno obligatorio. El opositor Partido Republicano, presionado por una minoría activa fundamentalista agrupada en el Tea Party, exigió que el gobierno abandone la reforma, bloqueó el nuevo presupuesto y se apresta a resistir.
El cierre ha dejado en casa a cientos de miles de funcionarios cuya labor es considerada no esencial y ha suspendido algunas actividades federales. Luego de varios días, el cierre se ha atemperado aunque no las tensiones en los discursos, luego de que la Cámara de Representantes aprobara una norma que ordena el pago retroactivo de los 800 mil trabajadores que dejaron de laborar el 1° de octubre.
No es la primera vez que ocurre un cierre, pero en esta oportunidad se advierte un país dividido. La mayoría de norteamericanos rechaza la paralización de la administración federal, aunque no existe una clara mayoría con respecto de las responsabilidades. Un sondeo de la cadena de televisión CBS señala que el 70% está contra el cierre, el 44% culpa a los republicanos y 35% culpa a Obama y al Partido Demócrata. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos financieros han alertado sobre los efectos de la paralización de la administración federal, especialmente en relación con la recuperación de la economía de EEUU, el crédito y el precio del dólar.
Lo sucedido es más que una división del parlamento y el resultado de la falta de acuerdos entre los grupos políticos que hacen el bipartidismo norteamericano. Fundamentalmente es una dura batalla ideológica planteada desde una posición extremista que considera que forzar el aseguramiento universal es una medida contra la libertad.
En un país organizado en función del Estado de Bienestar, el acceso universal a las prestaciones de salud es un derecho pendiente. Los mercados de seguros médicos del modelo de reforma sanitaria en marcha permitirán el acceso a prestaciones de por lo menos 30 millones de personas. En EEUU, el 85% de la población accede a alguna forma de asistencia sanitaria a costo de sus empresas o del gobierno, en el caso de los jubilados o familias en pobreza; desde el 1° de octubre el 15% restante, que no tenía ningún seguro, podrán contratar seguros privados subvencionados. El grupo radical republicano cuestiona que se obligue a las personas a comprar un seguro y que sea el Estado el que asuma un rol que le corresponde a los privados.
No es el único eje de la confrontación entre el liberalismo y conservadurismo en EEUU. La disputa entre ambas visiones ha llegado muy lejos, jalonado por visiones extremas al estilo de Tea Party. Obama se propone ampliar los derechos de los inmigrantes, limitar el uso de las armas de fuego, mediar más activamente y más al centro en el conflicto palestino israelí, incrementar la presencia del Estado en la educación, entre otros. Confrontado con la historia cuando acabe su segundo mandato y luego de haber derrotado al candidato republicano que, precisamente deseaba  guillotinar el Estado de Bienestar, Obama también resiste.

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