SOPLONES EN LA UNIVERSIDAD SAN MARCOS
Por: Gabriel Adrian.
El miércoles 28 de
agosto, como en los años 80 y 90, los estudiantes de la Universidad de
San Marcos capturaron a dos policías de la Dirección Nacional contra el
Terrorismo del Perú (DINCOTE) que se habían infiltrado en la universidad
para hacer seguimiento de las actividades estudiantiles. Los policías
fueron capturados por estudiantes cuando se percataron que estaban
grabando una asamblea. Uno de los policías hizo disparos al aire antes
de ser detenido poniendo en peligro la vida e integridad de los
estudiantes. De esta manera, este policía mostraba su formación
gansteril y reflejaba el desprecio que tiene su institución por la vida
humana. La policía ha manifestado que había infiltrado agentes en la
universidad para hacer seguimiento de las actividades del Movimiento por
la Amnistía y los Derechos Fundamentales (MOVADEF) en la decana de
América.
Esta es la práctica que siempre ha implementado la
policía y los servicios de inteligencia del Perú para reprimir las
protestas sociales. Durante los años 80 y 90, la policía tenía
infiltrados en las universidades públicas e incluso en algunas privadas
como la Universidad Católica. Estos agentes se encargaban de identificar
a estudiantes que ellos consideraban subversivos. Muchos de estos
estudiantes eran después detenidos y muchos desaparecidos. Los casos más
notorios son los casos de los 9 estudiantes y un profesor de la
Universidad de la Cantuta y las decenas de asesinatos que se cometieron
en la Universidad del Centro de Huancayo.
En los años 90, cuando la Universidad de San Marcos era
intervenida por el Ejército entraban personas encapuchadas escoltadas
por soldados y se paseaban por toda la universidad. Los encapuchados
señalaban con el dedo a estudiantes y profesores y estos eran
inmediatamente detenidos. De esta manera, la policía e inteligencia
buscaba no solamente reprimir la protesta estudiantil sino intimidar al
estudiantado para que este deponga sus banderas de protesta.
Pero el soplonaje en las aulas tenía otras facetas. En
la mayoría de los casos no eran policías o agentes de inteligencia los
que recopilaban tal información sino estudiantes que sindicaban a otros
estudiantes de terroristas poniéndolos, así, en peligro de ser detenidos
o desaparecidos. Un papel nefasto en este sentido jugaban las
organizaciones de la llamada izquierda como Izquierda Unida. Eran estos
“izquierdistas” los que con más encono hacían denuncias públicas sobre
estudiantes o listas estudiantiles que ellos consideraban “terroristas”.
Estos sujetos hacían correr rumores que tal o cual lista era de Sendero
Luminoso o del MRTA.
Esta labor de soplonaje se realizaba, en muchas
ocasiones, con la cooperación de las autoridades universitarias. El
mismo caso se da actualmente. El rector Pedro Cotillo ha sido acusado
por estudiantes de colaborar con la policía e inteligencia para que
estos realicen labores de soplonaje contra el estudiantes. No será una
sorpresa que cuando hayan manifestaciones estudiantiles que estudiantes
sanmarquinos, previamente “reglados” por los esbirros de inteligencia,
sean detenidos y bien “trabajados” (léase torturados) por los agentes
del estado. Cotillo y sus secuaces son responsables de detenciones y
torturas.
El MOVADEF es una agrupación legal que no está proscrita
por la policia. De tal manera, mal puede justificar la policía tal
intervención afirmando que se estaba siguiendo a esta organización.
Además, para ello no era necesarion grabar una asamblea estudiantil. Más
parece que la policía intenta cubrir información para descabezar el
movimiento de protesta estudiantil como ya lo intentó antes en
innumerables ocasiones. Desde el punto de vista legal, la policía no
tiene derecho a infliltrar agentes. El articulo 8 de la Ley
Universitaria, modificado por la ley 25416, del 12 de marzo del 92
(antes del auto-golpe de Fujimori) establece que los locales
universitarios son inviolables salvo en caso de flagrante delito o
peligro inminente. La Policía Nacional solo puede ingresar a petición
expresa del rector o por un mandato judicial. En este caso no existía ni
delito flagrante ni peligro imminente y hasta donde se sabe no existía
ni petición oficial del rector ni mandato judicial.
La policía atenta, de esta manera, contra la libertad de
pensamiento, de expresión, de reunión, de participación política y
viola la autonomía universitaria. Y con el más descarado cinismo, un
portavoz de la policía ha declarado que se presentaran denuncias ante la
Fiscalía por la detención y maltrato de los dos policías. En cualquier
país que se repute de democrático rodarían cabezas, la policía sería
sancionada porque uno de sus agentes ha puesto en peligro la integridad y
la vida de estudiantes al hacer uso de su arma de fuego. Pero estamos
en el país del asesino en serie García y el cachaco pusilánime de Humala
que era bueno para matar gente desamparada en Madre Mía. En el Perú de
hoy como en el de los años 80 y 90 poco o nada valen las libertades
civiles y el derecho a la integridad de las personas.
Los estudiantes sanmarquinos y de otras universidades
del Perú siempre han dado durante décadas muestra de su combatividad. A
fines los años 80 dos estudiantes sanmarquinos fueron muertos en
manifestaciones por la policía, un estudiante quedó postrado en silla de
ruedas de por vida. Durante la época de Fujimori, el Ejército intervino
San Marcos, entrando a pisotear la libertad de pensamiento y de
cátedra, requisando de las bibliotecas literatura que los milicos
semi-analfabetos consideraban subversiva como obras de Marx o Lenin,
deteniendo y desapareciendo estudiantes. Pero a todo esto el
estudiantado sanmarquino resistió, cambiando formas de lucha y
resistencia, pero sin jamás deponer la lucha contra un estado
fascistoide y que hoy remozado vuelve a mostrar su verdadera careta
autoritaria.
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