Estudio muestra que poner más deberes no mejora el rendimiento escolar
MEP acepta que algunos docentes sí se sobrepasan en dejar asignaciones
Valeria, de diez años, regresa a la casa todos los días a las 3 p. m., se quita el uniforme de la escuela y se sienta a merendar hasta las 4 p. m. Luego, tiene media hora más para descansar.
A las 5:30 p. m., llega Nuria, su mamá. Ella tiene 45 minutos para cambiarse y preparar la cena. El tiempo vuela, a las 6:30 p. m., madre e hija se sientan a hacer tareas; ambas están agotadas y la asignación de ese día es larga. Finalizan a las 8:30 p. m.
A muchas familias costarricenses esta rutina les resulta conocida. La situación no escapa de lo que pareciera ser un fenómeno internacional, producto de un aumento de las expectativas académicas en los últimos años. Esta es la conclusión de un estudio publicado por New York Times .
Según ese medio, investigadores de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, encontraron que el estrés familiar aumenta cuando al estudiante no le gusta hacer su tarea.
También pueden surgir discusiones, ya sea entre niños y adultos, o entre los mismos padres cuando no se ponen de acuerdo o enfrentan dificultades para ayudar a los chicos.
“A veces quisiera llegar a la casa y no tener que pensar en estudiar para unquiz , un examen o pasar una hora haciendo tareas o trabajos especiales con mi hija.
”Los deberes extraclase nos limitan el tiempo de ocio como familia. Ella se indispone, a veces la cantidad de tareas es tanta que yo también me estreso; hay días que todos terminamos de mal humor”, confesó Nuria Solórzano, mamá de Valeria Acosta, estudiante de cuarto grado.
La investigación, que involucró a 1.173 padres de niños en edad escolar, entre latinos y estadounidenses, reveló que poner más deberes en primaria no necesariamente produce una mejora académica. En cambio, lo que se crea es tensión familiar, una sensación de ansiedad e irritabilidad, que lleva a un fastidio hacia los estudios.
Sin control. Según Alicia Vargas, viceministra académica del Ministerio de Educación Pública (MEP), “efectivamente muchos centros educativos sobrepasan la carga de deberes extraclase y, ante la dinámica de trabajo en los hogares costarricenses, esta situación podría ser un detonante negativo en la salud de las familias”.
En el país, el Reglamento de evaluación de los aprendizajes es de acatamiento obligatorio en centros públicos y privados. Este indica que el trabajo extraclase es determinado por el docente.
“Esto quiere decir que el MEP no puede regular el mínimo o máximo de tareas. Eso queda a libertad de cada educador, quien tendrá la responsabilidad de medir la necesidad que tiene cada grupo, o estudiante, de fortalecer los contenidos académicos”, agregó la viceministra.
Dicho reglamento da ocho días de tiempo para que el estudiante presente la tarea y se prohíbe dejar trabajos en temporada de vacaciones.
Según Gabriela Garro, psicopedagoga y psicóloga, ya son varias las investigaciones que confirman que muchas tareas traen consecuencias negativas para los estudiantes y sus padres.
Los papás, además del desgaste emocional, también resultan afectados económicamente, ya que, en algunos casos, optan por recurrir al servicio de tutorías costosas.
“Muchos centros educativos ya han hecho conciencia de los efectos adversos del exceso de tareas. Soy de la creencia de que no deberían enviarse al hogar.
”La jornada escolar es suficientemente extensa como para que cuando lleguen a sus casas, supuestamente a disfrutar con la familia, tengan que seguir con deberes escolares”, agregó la especialista.
Algunos ejemplos. En algunos centros educativos las tareas no existen. Uno de ellos es Caspari Montessori School, en Heredia.
“Basados en estudios como el que menciona esta nota, tomamos la decisión de eliminar las tareas. Valoramos mucho el tiempo de familia, la realidad actual es de papás que trabajan y que lo que desean es llegar a sus hogares y encontrar niños felices, no estudiantes estresados”, comentó la directora, Ana Lucrecia Sánchez.
Según ella, han podido comprobar que el tiempo bien aprovechado en una jornada escolar normal es suficiente para que los estudiantes aprendan.
Este criterio lo comparte Carlos Corrales, director del Instituto de Enseñanza General Básica República de Panamá, en San Antonio de Desamparados.
“Nosotros creemos que los trabajos extra clase deben ser mínimos, pero sobre todo sencillos, que eviten que los padres de familia se involucren, que si existen tareas que sean fáciles y dinámicas, que a la casa solo se llegue a repasar”, dijo el director de este centro público que alberga unos 1.300 estudiantes.
Aseguró , además, que la labor de los padres debería ser solamente la de supervisar, que los estudiantes deben hacer los trabajos con la ayuda de los docentes pero en los centros educativos, no en el hogar.
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