Pena y dolor
Se fue Javier Diez Canseco, un político fundamental de la izquierda peruana
Domingo, 05 de mayo de 2013 | 10:34 am
Sus
enemigos se esforzaron por atribuirle una imagen negativa, pero en
realidad Javier Diez Canseco Cisneros tenía la sensibilidad social en la
piel
.El guerrero más importante de la izquierda peruana en los últimos años reposa ahora después de largos años de infatigable lucha. Javier Diez Canseco, el congresista que la población y la clase política identifican con la izquierda en el Perú, falleció ayer a las 10:22 de la noche víctima de un cáncer que lo tuvo internado por tres meses en una clínica de la capital.
Javier, internado, no dejó de batallar. Ahí, desde la clínica, entabló su última lucha contra una suspensión netamente política promovida por sus enemigos, los antiguos y los nuevos.
Desde su escaño y en las calles, Diez Canseco siempre fue así. Son más que conocidos varios de sus destapes de casos de corrupción y otras muchas luchas sociales, aunque la mayoría de ellas llevan anónimamente su firma.
Los que lo conocen saben que no le gustaba figurar, pero en el Congreso construyó a pulso un gran prestigio. Es considerado como uno de los legisladores más importantes que ha tenido el Perú. También se ha ganado un lugar entre los más destacados en América Latina con una constante participación en el reconocido Foro de Sao Paulo.
Diez Canseco ha partido con apenas 65 años de edad. Ha sido parlamentario desde 1978, cuando ingresó al hemiciclo del Congreso como diputado por Lima. Aunque incursionó en los debates ideológicos en 1970 como presidente del Centro Federado de Ciencias Sociales de la PUCP, y, al año siguiente, presidente de la Federación de Estudiantes de la PUCP (FEPUCP).
Durante esos años se hizo militante de Vanguardia Revolucionaria junto a Ricardo Letts Colmenares, Edmundo Murrugarra, Humberto Rodríguez Pastor, entre otros.
En la universidad, Diez Canseco también colaboró en el órgano de
difusión del Frente Revolucionario de Estudiantes Socialistas, llamado
Rebelión. Promovió un paro de trabajadores y estudiantes que culminó en
su expulsión. Luego fue a La Oroya a desarrollar el frente minero. En
ese ínterin lo conoció Antonio Zapata.
"Entré a la política por la náusea que me producía el poder, que yo
vi en acción en mi práctica en un estudio de abogados", contaría el
congresista Diez Canseco en una de las tantas entrevistas que concedió.
EL FISCALIZADOR
Diez Canseco también ha sido una especie de Sherlock Holmes del
congreso peruano. Conocedores de su función fiscalizadora han sido Alberto Fujimori y Alan García. Incluso, en el actual Parlamento Nacional, los apristas lograron presionar a los nacionalistas para que no lo colocaran como titular de la denominada "Megacomisión".
Este perfil lo llevó a ser blanco de constantes amenazas y atentados
contra él y contra su familia. Pero eso no ha impedido el
reconocimiento de la gente, que con su voto lo mantuvo en su escaño; una
confianza que también le permitió fundar su propio Partido Socialista (PS), aunque no le alcanzó para llegar a la Presidencia de la República.
"Siento que la gente me tiene afecto, pero que me reprocha haber
sido poco pragmático y demasiado principista", dijo Javier en una
entrevista.
Y a pesar a lo mediático de sus posturas firmes, el hombre de
sonrisa escondida y cejas pobladas también esconde un lado que no le
permitía descuidar a sus seres queridos.
Abraham Valencia, dirigente del Partido Socialista,
contó en su blog un capítulo sobre ello: "Un día alguien del equipo le
dijo ‘Javier, el domingo nos esperan en Ate al mediodía’, a lo que
respondió automáticamente: ‘Imposible. Pídanles a los compañeros que lo pasen para más tarde’, '¿por qué?', preguntó uno de los presentes. ‘Le prometí a mi nieta que almorzaría con ella’, respondió."
Varios de sus colegas aseguran que es una clase de parlamentario de
una escuela que tiende a desaparecer, porque hoy con el debilitamiento
de la ideología partidaria, lo que los partidos buscan es consolidar un
voto. Es por ello que su colega partidaria Rosa Mavila asegura que el
verdadero mensaje es que la política tiene y debe "ser un bien común y
no algo de criterios individuales".
Por esta razón el féretro de Javier Diez Canseco no ingresará al Congreso de la República y sólo recibirá un homenaje en la Plaza Bolívar el próximo 7 de mayo. Así lo informó su amigo el ex diputado Julio Castro, dada la última batalla confrontada por aquella suspensión.
"Imagínate un Perú en el que podamos ser felices, podamos echar al
vuelo nuestra imaginación... y podamos ejercer nuestros derechos... Ese
es el Perú que queremos", fue uno de los mensajes que dio Javier en el Pleno del Congreso y
que será recordado en cada uno de los homenajes que la clase política
peruana le quiera dar, pero que empezarán con un velatorio público en la
Casona de San Marcos, a partir de las 5 pm de hoy.
Más de cuatro décadas de presencia protagónica en la historia
política del Perú, tanto desde el anonimato como en la escena pública,
se van así con el compromiso de que el Partido Socialista pueda llevar
adelante la tan buscada alianza de izquierdas, hoy confluidas en la
llamada Fuerza Ciudadana.
"Nos comprometemos firmemente a seguir el ejemplo de Javier, seguir
luchando sin vacilaciones por los cambios estructurales que el Perú
demanda, en una frase: ser más humanos cada día para que el país y el
mundo lo sean", dijo el PS en un comunicado oficial.
Todos saben que la suspensión en su contra, más que amedrentarlo, lo
indujo a continuar con su trabajo. Ahora solo queda hacer eterno su
legado.
TRAYECTORIA
Diputado Constituyente. 28 de julio de 1978 – 28 de julio de 1980.
Diputado por lima
. 28 de julio de 1980 – 28 de julio de 1985.
Senador de la República.
28 de julio de 1985 – 5 de abril de 1992.
Congresista de la República.
28 de julio de 1995 – 28 de julio de 2000.
Congresista de la República.
28 de julio de 2001 – 28 de julio de 2006.
Congresista de la República. 28 de julio de 2011 – 4 de mayo de 2013.
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