El destino ha querido que el partido de fútbol más importante de los últimos 35 años, coincida con una de las crisis políticas más graves de los últimos tiempos. Esta crisis ha golpeado a prácticamente toda la clase política.
Las consecuencias son imprevisibles pero muchos suponemos que serán gravísimas. Por supuesto que todos queremos que Perú gane, pero a riesgo de sonar aguafiestas, yo recomendaría estar alertas y no permitir que el fútbol nos distraiga más de la cuenta.
La historia nos ha regalado sobrados ejemplos de eventos deportivos que le han servido a la política para distraernos. Quizá los ejemplos más garrafales sean las Olimpiadas del 36 que le sirvieron a Hitler para promocionar su proyecto político, o el Mundial Italia 34 organizado por Mussolini que fue un verdadero alarde de fascismo. O la llamada 'guerra de fútbol', por un repechaje para el Mundial de México 70 entre Honduras y El Salvador que contribuyó a elevar las tensiones y desataron finalmente la llamada 'guerra de las cien horas'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario